El rugby tiene sus misterios, sus pulsos invisibles. A veces, basta una camiseta para encender el alma de un equipo. Lawn Tennis volvió a ganar y dejó en claro que, aunque el “10” más célebre los observe desde afuera, puede seguir escribiendo historia. En una semifinal apretada, áspera y de final abierto, venció 23 a 19 a Cardenales y se metió en la definición del Anual Tucumano contra Tucumán Rugby.

Desde un costado del campo de juego de La Caldera, con la mirada de quien entiende cada movimiento, Nicolás Sánchez alentó al club de toda la vida. Su presencia fue una especie de señal, una bendición silenciosa para un equipo que ya no depende de él, pero que no deja de inspirarse en su legado. “Siempre que estoy acá vengo al club, comparto con los chicos. Es diferente vivirlo desde afuera, mucho más nervioso; pero se disfruta”, confesó el histórico apertura. Esta vez no fue él quien usó la “10”, pero Ignacio Rodríguez Prados no sólo honró esa camiseta, sino que fue el conductor y el ejecutor: tres penales, dos conversiones y una presencia clave en el juego.

DISTENDIDO. Nicolás Sánchez aprovechó el entretiempo para jugar con los más chicos. Foto de Gonzalo Cabrera Terrazas/LA GACETA.

La pulseada entre aperturas fue uno de los condimentos más atractivos del partido. Ignacio Cerutti, el “10” de Cardenales, también brilló: anotó 14 puntos y mantuvo a su equipo en partido hasta el final. Ambos pateadores, cada uno con su estilo, sostuvieron el duelo en un terreno en el que cada infracción dolía.

Los dos “10” jugaron a fondo, con carácter, visión y precisión. Y desde afuera, Sánchez lo resumió sin vueltas. “Los dos están muy bien. En ese sentido lo veo súper tranquilo”, explicó “Cachorro”.

Pero Lawn Tennis fue mucho más que el rendimiento de su apertura. Supo reponerse del try tempranero de Santiago Abi Cheble, resistió las embestidas de un rival firme en defensa y sacó adelante un duelo en el que jugó 20 minutos con uno menos por la roja a Stefano Ferro. “Personalmente, le doy en la boca del estómago. No siento que haya sido en la cabeza. Pero respeto la decisión del árbitro”, explicó el centro, visiblemente afectado tras la sanción. Claro; no era para menos, porque su salida obligó al equipo a redoblar esfuerzos.

Sin embargo, el equipo de Álvaro Tejeda no se quebró. Fue al frente con paciencia, con juego corto y fases largas. Pedro Bottini apoyó un try de empuje tras un avance limpio de los forwards. Poco antes, Matías Ferro había terminado una jugada colectiva brillante, con participación de casi todos los backs, en una secuencia donde el pase de Prados y la lectura de Joaquín López Islas marcaron la diferencia. Esa combinación de destreza técnica y cohesión táctica fue la que inclinó la balanza.

"Ellos tienen lo suyo, pero nosotros también", aseguró Prados

“Cardenales siempre nos complica. Después de la roja fue todo más tenso. Pero seguimos firmes. Estamos en otra final, contra Tucumán Rugby. Ellos tienen lo suyo, pero nosotros también”, resumió Prados, con la madurez de quien entiende que los partidos se ganan también con cabeza fría. “Es un orgullo usar la camiseta que él usó el año pasado. Tratamos de representarlo lo mejor posible”, agregó sobre la presencia del otro “10”.

Desde enero, cuando anunció su retiro, “Cachorro” ya no forma parte del plantel. Fue el goleador del equipo en la temporada anterior, el artífice de tres títulos. Y aunque su rol ahora sea el de espectador, su presencia todavía pesa. Lawn Tennis, sin embargo, ya demostró que no depende de su figura. Tiene recambio, hambre, y sobre todo, un equipo que irá por otro título.